Conocidos como los combustibles del futuro, ambos destacan por sus componentes y su cuidado del medio ambiente. Pero, ¿por qué es mejor el Gas L.P.?

¿GNV o GLP? Esta ha sido y es una de las mayores preguntas de los propietarios de vehículos desde que aparecieron como opciones ante combustibles tan conocidos como la gasolina y el diesel. Si bien sus bajos precios son el principal motivo para convertir un carro a sus sistemas, aún sigue vigente la pregunta sobre cuál es mejor.

Con el ánimo de contribuir a una sana discusión al respecto, en esta ocasión compartimos cinco razones por las que te conviene usar el Gas Licuado de Petróleo, no sin antes hacer una breve definición de ambos combustibles:

El Gas Natural Vehicular es un tipo de combustible gaseoso que proviene del metano, un hidrocarburo liviano que se almacena a presiones muy altas. Por otro lado, el Gas Licuado de Petróleo también es un combustible gaseoso pero que resulta de la mezcla de los gases propano y butano, elementos pesados que se almacenan a presiones más bajas.

Explicado esto, a continuación te ofrecemos nuestras principales razones por las que preferimos el GLP:

1. Tanque más liviano

Como mencionamos en su definición, el GNV es un combustible que se acumula a presiones muy altas, lo cual implica el uso de un tanque más grueso y pesado. El GLP, en cambio, a pesar de sus componentes, se almacena a presiones más bajas y en cilindros más livianos.

Además, estos tanques suelen adoptar más formas, como los toroidales -en forma de llanta-, que algunos colocan en lugar del neumático de repuesto para aprovechar mejor el espacio de carga en el vehículo. Por su parte, el GNV hace necesario el uso de tanques grandes que generalmente van ubicados en la maletera y, por ende, restan espacio.

2. Mayor almacenamiento

Existen cilindros de GLP con mayor capacidad que los del GNV sin alterar demasiado su peso. Si bien el GNV aprovecha su espacio en el tanque por ser más seco, este se reduce por la presión a la que trabaja. El GLP, por su parte, sí aprovecha todo el espacio del cilindro y tiene una gran capacidad de expansión: de estado líquido a gaseoso aumenta su volumen 270 veces aproximadamente.

3. GNV: Un peligro si se instala mal

El GNV es más limpio y alarga más la vida del motor, y en consecuencia demora también los gastos de mantenimiento. Sin embargo, una mala regulación podría causar severos daños en la culata, válvulas, etc, y ocasionar la temida bajada de motor. Claro, temida por lo costoso de su reparación.

Ahora bien, vale aclarar que el GLP no va a dañar los componentes internos del propulsor de la noche a la mañana. Toma su tiempo, pero lo hace ligeramente más pronto que el GNV.

4. Instalación más barata

Mientras la instalación de un equipo para el uso de GLP cuesta alrededor de US$ 500 (incluye kit de conversión, tanque y mano de obra), la del GNV bordea los US$ 1,500, una diferencia abismal de hasta un 100%. En cuestiones de ahorro, ¿crees que te beneficiaría el GNV?

5. Estaciones a nivel nacional

El GLP está presente en a nivel nacional. Si eres de los que suele usar su auto para emprender viajes en el país, el gas licuado es tu opción a elegir. En el caso del GNV, lo tenemos en la capital y algunas provincias solamente, lo cual es una de sus principales limitaciones.